Vinos de Guarda

Fruto de la unión entre tradición e innovación

Nos gusta experimentar y hacer cosas diferentes.
Los Vinos de Guarda no son un método de elaboración, sino una filosofía de consumo donde lo importante es la expresividad que gana el vino con el tiempo.

Los Vinos de Guarda se elaboran con un propósito: Su evolución en botella.

No se trata de un envejecimiento tradicional para añadir matices externos al vino. En las Guardas se aprecian las características del mismo en sus distintas etapas de evolución. Hablamos de un desarrollo como el que puede experimentar cualquier persona a lo largo de su vida.

No nacemos siendo adultos. Esa es la filosofía de los Vinos de Guarda. Son vinos que nacen con una personalidad fuerte y en cierto modo rebelde, como un niño o un adolescente. Para luego ir adquiriendo una personalidad en forma de matices, propia de un adulto. Son vinos que se pueden consumir cuando salen al mercado, si nos gustan esas emociones fuertes, pero que ganan y llegan a su momento óptimo de consumo en su madurez.

¿Por qué apostamos por los vinos de guarda?

Nos gusta ese carácter humano que le otorgan las Guardas a los vinos. El resultado no son productos «adoctrinados»  sino vinos con su propia personalidad, sin influencias externas. Pasan por una infancia tierna, una rabiosa adolescencia y una delicada e interesante madurez. Tienen un recorrido más largo que los jóvenes, cuya efervescencia les hace palidecer con el tiempo.

Queremos cambiar los estereotipos asociados a los vinos del Ribeiro. En nuestra comarca es posible hacer vinos que aguanten el paso del tiempo y además que ganen con el mismo. Que añadas distintas de un mismo vino convivan juntas es bastante inusual en nuestra Denominación de Origen. Queremos romper esos moldes preconcebidos, es nuestra apuesta.