Los Vinos de Guarda se elaboran con un propósito: Su evolución en botella.
No se trata de un envejecimiento tradicional para añadir matices externos al vino. En las Guardas se aprecian las características del mismo en sus distintas etapas de evolución. Hablamos de un desarrollo como el que puede experimentar cualquier persona a lo largo de su vida.
No nacemos siendo adultos. Esa es la filosofía de los Vinos de Guarda. Son vinos que nacen con una personalidad fuerte y en cierto modo rebelde, como un niño o un adolescente. Para luego ir adquiriendo una personalidad en forma de matices, propia de un adulto. Son vinos que se pueden consumir cuando salen al mercado, si nos gustan esas emociones fuertes, pero que ganan y llegan a su momento óptimo de consumo en su madurez.